domingo, 22 de marzo de 2020

Hola mama,

Escribo esto a raíz de la ya conocida situación actual.He visto en la televisión como filas de vehículos militares llevaban cientos de ataúdes de muertos en Italia por el coronavirus - lo llamaron "el comboy de la muerte"-. La situación de este país vecino es un vaticinio de lo que nos viene encima en breves.
Pensemos que toda persona que enferma con este virus y muere, no puede despedirse de sus padres, ni abrazarles por última vez, y mucho menos, tienen la oportunidad de decirse las cosas que no se han dicho en vida.

Hemos entrado en una época complicada, de esas que nos dicen nuestros mayores que han pasado por tiempos similares que desean ante todo que no la suframos. Y todo en menos de 15 días. Por ello creo que una cosa esencial en estos tiempos es que racionalicemos comida, y elementos sanitarios para aguantar esta cuarentena. Pero también es importante que no nos guardemos palabras pendientes por decir. El riesgo de que nunca se puedan pronunciar es muy elevado.

Si bien nos decimos tres veces al día la temperatura tomada por el termómetro, fluctúando siempre por 35°C - 36°C, y verificamos que estamos sanos, hoy menos que nunca sabemos qué pasará mañana. No podemos garantizar que mañana no nos vaya a caer un meteorito, no podemos garantizar que mañana no haya un incendio que nos mate a alguno de los dos, o no podemos garantizar que  mañana no nos invadan los extraterrestres. En definitiva, nada nos garantiza que mañana no nos contagiemos y se complique tanto que nos lleve a la muerte a uno de los dos (o a los dos). La naturaleza nos acaba de demostrar con toda su crudeza que nada es imposible.

Por ello, no quiero dejarme ni una sola palabra en el tintero contigo. Para mí siempre serás la persona más importante de mi vida. La mejor madre del mundo. Tu sola me has criado, has peleado por qué tenga una buena educación, y unos estudios que me posibiliten llegar a algo en la vida. Todo a base de préstamos y trabajando duro -llegando a dormir de 9 a 11 de la mañana muchos días-. Y todo en tiempos complicados para España.

¿Pero que voy a decir yo? Soy tu hijo. Malo sería que no dijese algo bueno de ti. Por ello  ahora me basaré en datos objetivos para afirmar que no he visto ninguna mujer con una bondad tan infinita como la tuya.
No sé si es tu completa fe en Dios, o es algo que tienes sin más. Ese algo hace que tengas un aura alrededor que con la que toda la gente que tienes alrededor te adore, y saques a relucir lo mejor de ellos.Esa incansable voluntad tuya de ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, llevándote a involucrarte en todo tipo de actividades sociales destinadas a ese fin, hace que la gente crea en los milagros.

Y lo más importante: nunca odias. Por muy duro sea la puñalada que te hayan clavado. No orientas ni una sola neurona a pensar en los que te han hecho daño. Contigo el perdón siempre es la única opción.

Todo esto no lo digo por ser tu hijo, te lo digo porque si pregunto a cien personas que te conocen, estoy seguro que corroborarán mis palabras. Si desgraciadamente tuvieses que abandonar este mundo por esta pandemia, puedes estar muy orgullosa: has dejado el mundo mejor que como te lo encontrastes dentro de lo que estaba en tu mano. Nadie te olvidará en el pueblo. Y no hará falta intervención mía para que así sea.

En cuanto a mi, no soy tan perfecto. Aúnque no me considero tan mala persona como algunos que hay sueltos por ahí, no soy como tú. He odiado, y aunque empiezo a perdonar, sigo odiando a gente que me hizo mucho daño. A veces soy egoísta, por que soy consciente de que en el mundo en el que vivo, si no lo eres mínimamente, te comen vivo. Ojalá viviesemos en un mundo mejor.
Muchas veces me dejo llevar por instintos más superficiales, sin pensar en lo que realmente importa. Soy una persona normal, del montón. No tengo nada especial como tú.

Por eso, haciendo balance, si los dos estuviésemos muy graves por el coronavirus, y los profesionales sanitarios tuviesen que elegir quien vive y quien muere, tu eres la que debería vivir. Tienes 62 años, sí, pero también tienes un don con un valor incalculable .

Esto es lo que tenía que decir. Si nos pasase algo, será muy duro para la otra parte, pero podemos decir que nos hemos dicho lo que teníamos que decir. Y eso vale mas de 10000 abrazos y besos. Es un privilegio que muchos familiares de fallecidos no lo están teniendo.

No es día 21 de Marzo. Son 10 días sin poder darte un abrazo.

Ánimo a que todo el mundo que tenga pendientes palabras por decir a sus allegados, lo haga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario